×

Cada comunidad es formada por personas que tienen algo en común. Puede ser una agenda política, una causa humanitaria, o una preferencia cultural. Incluso hasta una comunidad se puede formar para celebrar la premiación del Oscar a Leonardo DiCaprio.

Si eres un fan del cine, entonces seguramente viste que este domingo pasado, Leo finalmente ganó su premio Óscar después de haber sido nominado diez veces anteriormente. No es sorprendente que Leo haya ganado el Oscar por su rol en El Renacido (The Revenant), pero lo que sí ha captado la atención de muchos es el movimiento apoyando a Leo, con hashtags como #UnOscarParaLeo y #TodosConLeo. Miles de personas a través del mundo expresaron su apoyo a través de tweets, memes, páginas en Facebook, anuncios por televisión y hasta una celebración en el obelisco de Buenos Aires, Argentina. Pareciera que para muchas personas, la victoria de Leo fue su victoria también.

Este fenómeno no es para nada nuevo. Todos sentimos algo similar cuando vemos a nuestro equipo favorito jugar en el estadio o por la televisión en la sala de nuestra casa. Cada gol lo celebramos como si uno lo hubiera metido y lloramos cada pérdida como si los jugadores fueran nuestros propios hijos. Y esto no lo hacemos solos, sino con otras personas que comparten el mismo sentir. Estar reunidos con otras personas para apoyar y celebrar una causa común es parte de nuestra naturaleza humana.

Lo que tenemos en común

No es sorprendente entonces, entender que la comunidad de la Iglesia funciona en gran parte de manera similar. Es una comunidad que fue formada para celebrar algo que todos dentro de la comunidad tienen en común. Pero la Iglesia no se reúne porque tiene algo en común, sino porque tiene lo más importante en común. Y porque tienen lo más importante en común, todo lo demás gira alrededor de ese tema central: Jesús.

Este es el problema de las comunidades humanas: son temporales y se basan sobre las mismas personas. Nadie va a regresar al Obelisco para celebrar a Leo. Los ciudadanos del internet ya están buscando a quién apoyar para los Oscares del próximo año (¿Johnny Depp?). Causas humanas pueden desaparecer así de fácil como aparecieron y si se basan sobre temas relevantes a nuestros tiempos, serán irrelevantes en los tiempos que vienen. Las personas necesitan comunidad, pero necesitan una comunidad que dure, no por un año o una década, sino por la eternidad.

Las comunidades humanas también son inherentemente problemáticas porque se basan sobre las mismas personas: sus gustos, preferencias, apariencias, o trasfondos. Cuando una comunidad se forma en base a las personas que existen dentro de esa comunidad, solo atraerá a personas similares. No permite diversidad dentro del grupo porque el mismo grupo es definido por la uniformidad que los unió en el primer lugar. Al menos  que la diversidad sea un fin en sí misma, una comunidad humana no será diversa, y aún así, diversidad por el amor a la diversidad es una causa vacía (ya que sería una comunidad de personas que lo único que tienen en común es el hecho de que no tienen nada en común. Yay.).

Llenando el vacío de comunidad

Cualquier comunidad que no tenga a Jesús en el centro puede ser bonita por un tiempo, puede ayudarte a mejorar, puedes ser divertida, pero no llenará el vacío que el humano tiene para la comunidad verdadera. La comunidad verdadera no se basa sobre algo común que tenemos, somos, o hicimos, sino sobre Alguien quien nos unió porque hizo algo por nosotros. Porque Cristo nos salvo por medio de su muerte en la Cruz, nosotros somos adoptados a una misma familia. En esta familia Jesús nos unió a Dios pero también a cualquier otra persona que está unida a Dios. Como un padre con muchos hijos que adopta a un hijo nuevo, el hijo adoptado ahora tiene no solamente un nuevo padre, pero nuevos hermanos también.

La comunidad de la Iglesia dura y se basa sobre el Salvador que redime a personas, no las personas redimidas. Y porque Dios puede redimir a cualquiera persona, tenemos la promesa de que nuestra comunidad será el grupo más diverso del mundo.

Ciertamente hay más que decir sobre este tema. En el próximo post seguiremos hablando de la la comunidad, la diversidad y por qué son importantes en la vida de la Iglesia.

CARGAR MÁS
Cargando