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Hay una frase que usamos frecuentemente en nuestra iglesia: “Nuestros métodos predican”. Con esto queremos decir que no solo importa el mensaje que comunicamos (sea en nuestra música, enseñanza, y lo demás), sino que también importa la manera el método de nuestra comunicación. Mark Dever, pastor de La Iglesia Bautista Capitol Hill, describe algo similar en su libro, La iglesia deliberante:

La enseñanza es el todo. No quiero decir que la enseñanza es la única cosa que un pastor debe hacer. Ni estoy defendiendo la ortodoxia sin vida. Lo que quiero decir es que, todo lo que sucede al frente en una reunión de adoración congregacional, es parte del ministerio de enseñanza de la iglesia. Todo es enseñanza, sea su intención o no. Los cantos enseñan a las personas la doctrina y el afecto apropiados para Dios. Sus oraciones (o la falta de ellas) enseñan a las personas a como orar por si mismas. Los tipos de oraciones que usted hace (o el no orar) enseñan a las personas acerca de las diferencias importantes entre las oraciones de adoración, confesión, gratitud, y súplica. La manera en que usted administre las ordenanzas enseña a las personas acerca de su significado, y aun el significado del evangelio. Su predicación enseña a las personas como estudiar y usar la Biblia apropiadamente. Todo, desde el llamado a la adoración hasta la bendición, cuenta como enseñanza. La enseñanza es el todo.

Si usted es el principal pastor predicador en su iglesia entonces Dios, en cierta manera, lo hará responsable de todo lo que sucede al frente en las reuniones congregacionales de adoración de su iglesia. Parte de su rol, entonces, es ser tan intencional como deliberante como usted pueda, acerca de la planeación de estos servicios en una manera que se conforme a la centralidad de Dios y a la centralidad del evangelio de la iglesia. Sea práctico en planear los servicios de adoración congregacional. Escoja himnos y coros de adoración que sean ricos en las glorias del carácter de Dios y sus obras, que levanten nuestra mirada de nosotros mismos hacia Cristo y Su cruz. Escoja música que lleve la intención de letras teo-céntricas, y llame la atención a la obra del Espíritu en la vida de la iglesia (48).

Al dirigir el servicio del domingo por la mañana, haga oraciones que estén saturadas con el uso correcto de la Escritura –quizás una parte de las Escrituras que se lean en el servicio, o el pasaje que sea predicado en esa mañana. Incluya oraciones de adoración, confesión, gratitud, y súplica congregacional, para que usted pueda inspirar un sano estilo de vida de oración para la congregación. Predique sermones que presenten la idea principal que el pasaje bíblico muestra, de tal forma que inspiren un estudio y aplicación responsables de la Biblia. Deje que el tema teológico principal del pasaje, que esté predicando, esté presente en los cantos que se estén entonando y, aun, en algunas de las oraciones que se lleven a cabo.

Esto significará, en su ministerio, que usted necesitará que periódicamente tome tiempo en su calendario (dos o tres días) para planear los servicios por adelantado –quizás tres o cuatro meses de servicios al mismo tiempo. Esto será un duro trabajo al principio, pero lo liberará para crear servicios completos que manifiesten una temática continua, y lo liberará de la presión de planear los servicios semana por semana.

¿Y tú? ¿Qué le estás enseñando a tu iglesia?


Dever, M., & Alexander, P. (2009). La Iglesia Deliberante: Una Iglesia Organizada, Dirigida y Sirviendo de Acuerdo a la Palabra (p. 58). Publicaciones Faro de Gracia.

Ícono usado bajo licencia CC BY 3.0.

 

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